Hace prácticamente un año salí de la que para mí, en este mundo del fútbol. va
a ser siempre mi casa. Salí decidido, hacia un proyecto nuevo, diferente, y
según algunos, hasta atrevido. Bendito atrevimiento.
Hoy tomo otra decisión atrevida, esta vez desde un punto de vista personal. Por
primera vez, tras cinco increibles temporadas consecutivas, el balón y yo damos
al pause.
Pero antes, quiero despedirme de todas las personas con las que he compartido
esta última temporada en el CD Naval.
Despedirme agradecido, por lo valorado y arropado que me he sentido en todo
momento por todos los colectivos que voy a nombrar.
En primer lugar, GRACIAS a la directiva, encabezada por Juan Carlos. Gracias
por confiar en mí, presi
GRACIAS a la gente de Reinosa que he tenido el placer de conocer durante este
año. Gracias por vuestro cariño. Quiero acordarme especialmente de Toño y de
su hijo, sois unos cracks.
GRACIAS a mi equipo, mis compañeros, mi cuerpo técnico. De la Peña, hemos
vuelto a demostrar que cuando padre e hijo se juntan... éxito asegurado. Jota,
estás muy loco, pero eres mi loco. Triki, un padre más, gracias. Nito, no hay
palabras para agradecerte tanto. Increíble.
Sois los putos amos.
Y por último, mis guerreros. Qué momentos, qué temporada, qué locura. El
mejor Naval de la historia, y no solo hablando del balón. Qué valor humano hay
en ese vestuario local de San Francisco. GRACIAS, chicos: por la aceptación,
por la confianza, por la enseñanza,... por Guarnizo. Nunca olvidaré ese día.
Orgulloso por siempre de vosotros
Así me voy, orgulloso y agradecido, de corazón.
La próxima temporada habrá una bandera azul y blanca en Bucarest.
Os quiere mucho,
Ander.